Los ciudadanos que votaron por Rafael Correa y mantienen la percepción de que durante su mandato generó resultados y beneficios superiores al régimen actual, pueden refrendarle lealtad de voto en el proceso electoral 2021.
En sentido contrario, el discurso del mandatario actual, de “no hay tal mesa servida”, cada vez se desgasta más, porque los agravios sociales del gobierno anterior se van diluyendo con el tiempo, en tanto se imputan los efectos negativos de las políticas públicas en vigor a quien debe responder por ellas, el mandatario actual Lenin Moreno.
A Lenin Moreno lo evalúan tan mal como la situación que padecen las familias ecuatorianas, en tanto que no atribuyen resultados positivos al gobierno en funciones.
La crisis económica predomina en la mente del ecuatoriano. Por lo tanto, ese será el framing de la elección, cuyo debate girará en torno a temas económicos.
El correísmo lo sabe, pero también intuye que para captar un espacio más amplio de electores debe moderarse. Correa difícilmente va mostrarse como conciliador, la flexibilidad de sus posturas correrá a cargo del candidato que definan, que tendrá que abrirse más al espectro plural de los electores.
La Conaie es una alternativa electoral que va moderarse para poder trascender ese nicho de electores. Eso le va garantizar estar en segunda vuelta (si es que no desinfla) con el correísmo, y en esa cancha el correísmo puede alzarse con el triunfo.
El gobierno tendría que lanzar a un candidato con perfil capaz de romper el voto de la izquierda, se darán cuenta que Otto S. a pesar de tener gran conocimiento va disputar el mismo espacio electoral de la derecha. Por eso, es que María Paula Romo es una opción cada vez más viable para el objetivo de romper los votos de la izquierda. Estará por verse, si quiere quemar su imagen.
Quien sea que resulte su candidato, se le van a transferir automáticamente los negativos del gobierno en funciones. Es decir, el gobierno no tiene opciones.
Por otro lado, Lasso y Nebot van a disputarse el mismo electorado con la diferencia que Nebot quiere llegar a la campaña con la elección ganada. Eso parece hoy poco probable.
Nebot va tener una erosión de su imagen y de su legado impulsado por sus adversarios políticos. Prueba de esto es el cambio de línea editorial de Diario El Expreso y Teleamazonas. El dinero de Lasso y la operación de María Paula Romo se está moviendo adecuadamente. Nebot no se va quedar quieto, veremos una canibalización de los votos de la derecha.
Se estima que los estratos de ingresos bajos votarán por el correísmo y por los indígenas (si es que no se desinflan). Los niveles medio alto y alto lo harían por Lasso y/o Nebot. Deduzca usted en qué parte de la pirámide social hay más ecuatorianos.
Para conquistar al mercado electoral en disputa se necesitará llegar con un buen mensaje económico.
Entonces, se proyectan tres escenarios.
1.- Un correísmo más moderado que no busque revancha y que diga “ya aprendimos y lo podemos hacer mejor”. Abanderado por una figura carismática que puede insertarse en segunda vuelta. El panorama de una primera vuelta lo veo muy poco probable.
2.- Lasso con su narrativa abanderando la economía, para sacar al país a flote, sin Nebot en el juego y conquistando a la clase media de la Sierra. Puede estar en segunda vuelta.
3.- El famoso outsider. Se proyecta Isidro Romero Carbo aunque ese espacio natural debería ser del correísmo.
Andrés Elías
Consultor Político
Director de Facultad
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