@andreseliascom
Generalmente salpico mis entradas de historias que leo y saco de “por ahí”. Este post va ser diferente, va estar salpicado de anécdotas en el orden profesional. Historias reales que me ocurrieron a mí, mientras asesoraba a políticos en el ejercicio de sus funciones o en campaña. Lo que cuente aquí que se quede aquí. Revelo dos historias para graficar con detalles, mi respuesta a ¿Por qué los políticos tienen perfiles sociales muy aburridos?
La reunión
Me encontraba en una reunión con el equipo de comunicaciones de un gobernador mexicano. Realicé una observación del perfil en Twitter. La información era muy seria, seca y no hacía nada por humanizar el perfil social del servidor público. Mi observación fue respondida con un: “El gobernador no quiere hacer cosas arriesgadas, él es conservador porque el estado, sus votantes y su partido es conservador. Por lo tanto quiere mantener esa misma línea”.
Mi respuesta fue: “Lo más difícil de mi trabajo es hacer cambiar de opinión a sus jefes”. En realidad lo que quise decir fue “Las redes sociales se tratan de relaciones, de emociones, de interacción. Por naturaleza se trata de dialogar a travéz de ellas. Por definición son un medio para comunicarnos en dos vías. Una red social no deja de ser una red social. Un medio impersonal por el cual nos comunicamos. Todo aquello que lleve hacer más personal esta interacción suma”
La estrategia
Hace tiempo realicé un encargo a una candidata a congresista del Perú que tenía como fin darle un giro online a una campaña offline. La campaña tenía una gran cobertura de prensa. La estrategia quería alcanzar por medio de videos cortos un público específico. Mis consejos fueron desoídos. No hubo el switch a lo digital.
Mi respuesta fue el silencio. Pero lo que quise decir fue: “Pregúntate porque quieres converger en digital. Estar en un medio social te da la capacidad de mantener un canal de comunicación e información con los ciudadanos. Proyecta tu capacidad de gestión”.
Es común observar a los políticos comunicándose en redes sociales como lo hacen en los medios tradicionales. Muchos no han entendido la naturaleza de estar presente. Encontramos ejemplos por miles en los perfiles de Twitter. Soy padre de tres, hijo de dos, esposo de uno. No he hallado el origen de este consejo, pero puedes ver el patrón en los perfiles. Todos tratan de humanizarse en el perfil. Pero olvidan lo más importante, humanizar el contenido. A través de la interacción, es la única forma que van a dejar de ser un avatar en el Smartphone de alguien y empezar a cobrar vida.
Seguimos una cuenta de un político no por su perfil. Sino porque queremos mantener una relación directa. Los políticos comunican aburridamente en redes sociales. Se miran el ombligo y comunican su agenda. Si queremos saber que hacen en el día a día iremos por sus cuentas institucionales. Lo que despierta el morbo de seguirlos es conocer su lado más humano, que nos cuenten que libro leen y cómo les ha beneficiado, el fruto de sus reflexiones, recomendaciones de artículos.
Sin embargo este no es el caso. Mantienen un lenguaje prefabricado, litúrgico. No hay espacios para errores. No arriesgan y por eso no ganan nada. En las redes sociales nos comunicamos de otra manera. No digo que debemos caer en un lenguaje vulgar sino transmitirle al ciudadano que quien lo representa es como él. Ojalá esta realidad cambie, mientras tanto seguiré guardando historias para ilustrar todo lo que está mal en este mundo.
Bienvenidos al mundo digital.